La Oración
Quizás lo que más le preocupaba al Padre era la necesidad de mantener la oración y profundizar la vida espiritual en cada uno de nosotros.
“Cuando una persona ya no reza, no hay nada que decir ... La oración es insustituible. Lo único que se le puede decir a una persona que ya no ora es que vuelva a orar. Dejar la oración es romper la amistad con Jesús.”
“Sin la oración – decía – todas las virtudes son como árboles sin tierra”. Y añadió: “Si nuestra oración se ahoga, se ahoga el alma de nuestro apostolado. Cuando no se reza más, es un signo de que el Espíritu Santo se ha retirado de nuestra vida apostólica”.
“El valor de la oración no es cuestión de tiempo como lo piensan en el Islam, sino de calidad. ‘Vivir con más intensidad la presencia de Dios’. La oración personal que hacemos cada día es prácticamente lo único que hacemos por fe, puramente por fe, porque creemos que Jesús está vivo y es el Señor de nuestras vidas. Tener una fe viva es la mejor preparación para la oración”.
Cuántas veces el nos pidió leer «La oración es el alma de todo apostolado» de Dom J. B. Chautard.
El mismo escribió: “Un día me preguntó un periodista en una entrevista: ‘¿Cuántas horas pasa Ud. en oración cada día?’. Le contesté: “No me gusta su pregunta, pues para mí lo ideal no es pasar dos horas o tres horas cada día enoración, sino caminar en presencia del Señor, orando en toda ocasión en el Espíritu, como dice San Pablo. Lo ideal para mí es caminar en presencia del Señor, tratar de estar más y más consciente de la presencia del Señor en mi vida, y levantar a menudo mi pensamiento y mi oración hacia el Señor, como lo hacía San Francisco de Asís que era un hombre HECHO ORACIÓN, como narran sus biógrafos”.
Es algo más que una coincidencia que las últimas palabras que el Padre nos dejó escritas fueran: “¡Y que el Año 2000 vea florecer mucho nuestra Comunidad, no solamente en número pero más que todo ¡en profunda vida espiritual!”.
Bendigo al Señor y doy las gracias a Nuestra Señora del Sagrado Corazón por habernos regalado la oportunidad de compartir estos años junto a un hombre de Dios: el Padre Emiliano Tardif, Misionero del Sagrado Corazón.
Padre Emiliano Tardif M.S.C.
Que descanse en paz
8 de junio, 1999
Texto extraido del Siervo de Junio 2008
"La nueva evangelización, unicamente podrá ser llevada a cabo por nuevos evangelizadores que han sido renovador por el espíritu de Dios y ungidos por su poder y que son testigos de que Jesús Vive".