“El Grito del Amor Misericordioso”

Testimonio.

“Si no hubiese conocido a la Casa del Pobre, no sería la persona que soy en el día de hoy”.

Reynelsy, de 16 años de edad, ha adquirido una bella experiencia a través del tiempo, al participar en las numerosas actividades que le ha brindado "La Casa del Pobre" desde los 7 años.

De niña, participó en el campamento de verano que anualmente se realiza; y hoy día se siente motivada a ayudar y a tratar a los demás con el respeto que ella recibió y que ha marcado su vida. Entre estas experiencias que la han enriquecido, está la de haber asistido al congreso de danza de "Adoradores a Unidos". Debido a esta participación, empezó a darle más importancia a dicho arte. Como fruto, a través de la danza, aprendió a llevar el mensaje de Dios, y nos cuenta que para ella ahora, el danzar no significa hacer un baile común, sino, hacer una búsqueda de Dios.

A nivel humano, la "Casa del Pobre" ha aportado mucho a su vida, pues le ha enseñado a ser la diferencia entre los demás, en cuanto a actitudes y forma de ser a la hora de relacionarse con las personas.

Su encuentro personal con Dios en dicho lugar, y el trato que recibió, fue lo que más le impactó, ya que la acogida fue revestida de amor y de comprensión, aspectos muy diferentes a lo que a través de la vida ella había recibido de otras personas. El cariño y la confianza que le han expresado en esa bendita Casa, son experiencias de las que siempre estará agradecida por haberlas experimentado.

Actualmente, asiste al grupo de oración que allí se realiza, y participa en los juegos de voleibol para jóvenes.

Su sueño es estudiar medicina, y al mismo tiempo agradece a Dios, porque tal como dice, "si no hubiese conocido "La Casa del Pobre", no sería la persona que es hoy en día".

Se siente muy feliz con todo lo que ha recibido y ahora quiere dar a los demás que también necesitan de amor y acogida.

Su mensaje para las personas no creyentes, es que deben de confiar en que Dios todo lo puede. Y a los que conocen de Dios, pero no realizan ninguna labor cristiana, les quiere hacer entender que de nada vale conocerlo y no hacer nada por los demás. Eso es una fe vacía. Porque la realidad es que mientras más conocemos y amamos a Dios, Él nos hace amar y servir más a nuestros hermanos.

Te damos gracias, Señor, por el amor con que acoges a todos tus hijos. Sigue derramando tu GRITO DE AMOR MISERICORDIOSO y danos la gracia de escucharlo cada día para que todos vengamos a Ti. Sigue derramando tus gracias y bendiciones sobre cada uno de nosotros, y sobre todo, danos la Gracia de amarte cada día más y más. Amen.

Visítanos: Casa del Pobre “Divino Niño Jesús”

Marlene De La Cruz